Entrevista con Glenda Leon
11/12/17
1. Uno de los objetivos del proyecto LARA ha sido dar a conocer mejor América Latina a los artistas latinoamericanos. Con este fin, se invita en cada edición a cinco artistas de otros países a residir en un país latinoamericano diferente, junto con tres colegas locales. Panamá es el primer país de América Central donde se hace una edición de LARA. Es un lugar tan complejo e interesante como poco conocido, a menudo reducido a estereotipos. Debido a esto se organizó allí un programa intenso de visitas y encuentros con distintos especialistas. ¿Cambió esto la idea que tenías del país? ¿Qué descubriste?
Panamá era para mí el lugar donde ir a comprar todo lo que aquí en Cuba no hay, o sí hay pero mucho más caro. Al estar ubicado el hotel donde nos hospedaron prácticamente en el medio de la selva, mi primer contacto fue con la naturaleza. La exuberancia de las plantas y de la variedad de animales fueron casi totalmente nuevos para mí (solo comparables a mi experiencia en los bosques de Australia).
Por otra parte, del viaje eterno por el canal, me marcaron esos segundos en que pasamos bajo los dos puentes que unen las Américas.
Tampoco había visto antes ni tanta cantidad de contenedores ni tanto tráfico de ellos. Tengo un grato recuerdo de la visita a la Biblioteca Nacional, por la exposición que tienen de la historia del canal; allí fue donde vi las muestras de tierras del corte del canal, llenas de colores increíbles que seguramente sirvieron de inspiración para la pieza que estoy realizando sobre las tierras a ambos lados del Canal.
2. Otro de los fines de LARA es crear situaciones de convivencia entre artistas, facilitando el intercambio creativo de experiencias artísticas, culturales y de saberes, el conocimiento mutuo, la creación de redes y la amistad. ¿Cómo fue tu vivencia de esto?
Adoré estar en contacto con el resto de los artistas, sobre todo por su calidad humana. Fue un grupo especial. Y siendo de distintas partes de Latinoamérica, el sonido de todos al hablar era como una sinfonía... todo un paseo por el castellano en sus distintas versiones. También me sirvió para percatarme de que el “español cubano” es uno de los más infieles al idioma. La risa fue también algo que predominó en este viaje, creo que porque teníamos puntos de vista diferentes, pero en lugar de crear tensiones, lo que provocaban era risa. No sé cuál es la fórmula, pero suena como la solución a muchos problemas ¿no?
3. Panamá es el país con mayor biodiversidad en todo el mundo. Me dijiste que te impactó la naturaleza allí. Cuéntame tus impresiones.
¡El mirlo! ¡Qué energía tiene ese pájaro! Todos los días me despertaba a las 4:20 de la mañana. Y al final haré una obra con grabaciones de ese canto. Eso sí, era un canto melódico, con ritmo, como podrán apreciar en la pieza que planeo realizar.
También fue nuevo para mí ver tantos colibríes, el oso perezoso, el tamaño de la vegetación, e incluso sentir una humedad mayor que la de Cuba, que pensaba yo era la más alta del mundo. La visita al Área Protegida de San Lorenzo también fue impactante; fue realmente un lujo estar en un lugar con un silencio tal que los únicos sonidos eran los de los animales, los árboles, el viento y el mar. Esa paz es la que preferí guardar de mi visita, y fue con la que regresé.
4. Uno de tus proyectos de obra para la muestra de LARA es resultado de tu relación con la naturaleza de Panamá: los cantos y chillidos de la multitud de aves que te despertaban en el hotel al amanecer. La pieza que propones se inscribe en una dirección de tu obra que trabaja el sonido, los pentagramas, la música de las cosas. ¿Podrías hablar del proyecto y cómo encaja en tu obra general?
Sí, este proyecto nuevo, que se titula Cantos al Sol, consiste en llevar los cantos del mirlo antes del amanecer a una caja de música cuya alimentación energética provendrá de un panel solar colocado fuera del museo.
Aquí se unen dos elementos recurrentes en mi trabajo: el sonido y el acercamiento a la naturaleza. Dentro de mi serie de cajas de música, esta se inserta en el grupo no-visual, o sea, lo que se escucha en la caja de música proviene de otro sonido (anteriormente realicé una siguiendo los latidos de un corazón). El otro grupo es visual, o sea, las notas de la caja de música provienen de elementos como los puntos del Braille o las estrellas en una fotografía del cielo nocturno.
Por otra parte, la naturaleza ha sido siempre motivo de interés en mi obra. Ya es sabido que de aquí a cien años habrá la mitad de animales que existen actualmente. Se extinguirán debido al calentamiento global, o lo que es lo mismo, a la inconsciencia humana y su desconexión creciente con la naturaleza –que no es más que una desconexión consigo mismo.
Como en muchos de mis trabajos anteriores, en este se trata de escuchar. Escuchar la naturaleza para escucharnos a nosotros mismos en ella.
El uso de un panel solar hace referencia no solo al propio hecho de las consecuencias benéficas que tiene su utilización para la Tierra, sino es además un gesto de atención al Universo, a la interrelación de cada elemento que en él existe. Es también como una vuelta a los ritos ancestrales, donde siempre el Sol ocupaba un lugar crucial. Existe un doble juego en el título: Sol –en el panel solar- y la suposición de que los cantos de los pájaros antes del amanecer son una suerte de cantos al Sol, o al día que está por comenzar.
5. La segunda pieza ha sido motivada por el Canal de Panamá. Te ruego comentarla.
Esta otra pieza, Tiempo de las Américas, es un reloj de arena que será hecho y rellenado con dos tierras, una del lado norte del Canal, y otra del lado sur del Canal. Estas tierras no se mezclarán, por lo que el reloj se presentará acostado… con la posibilidad siempre de ser colocado o imaginado en su posición vertical.
Alude entre otras cosas a la cura de la brecha del canal de Panamá, que los indios americanos pretenden llevar a cabo a través de sus rituales; a la separación forzada de territorios basada en poderes económicos y no en la naturaleza. Hacer visible esta separación insinuando a su vez una posible unión de territorios, no simplemente a través de la anulación del Canal, sino de un modo metafórico, del mismo modo que también pudiera significar una inversión de los polos, donde el sur adquiera mayor poder que el norte. O donde ambos estén al menos a un mismo nivel.
Esta pieza la veo relacionada con otras anteriores donde intento hacer ver que todos estamos relacionados, para poder incrementar la sensibilidad con el otro, la compasión por el otro, desde el desdibujo de las diferencias tanto políticas (como en Forma de Salvar el Mundo n.10), como religiosas (Mundo Interpretado, el Libro de la Fe o la serie de Estados Transitivos).
Credito fotos: Francisco Barsallo & Glenda Leon
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