Entrevista con Andrea Mármol
26/12/17
1. Uno de los objetivos del proyecto LARA ha sido dar a conocer mejor América Latina a los artistas latinoamericanos. Con este fin, se invita en cada edición a cinco artistas de otros países a residir en un país latinoamericano diferente, junto con tres colegas locales. Panamá es el primer país de América Central donde se hace una edición de LARA. Es un lugar tan complejo e interesante como poco conocido, a menudo reducido a estereotipos. Debido a esto se organizó allí un programa intenso de visitas y encuentros con distintos especialistas. ¿Cambió esto la idea que tenías del país? ¿Qué descubriste?
Panamá era el único país de Centroamérica que aún no conocía, lo cual hace inevitable no entrar en un primer análisis de comparaciones, similitudes y contrastes contextuales. Sin embargo, las visitas guiadas pueden sintetizar muchas veces la forma en la que se aprecia un lugar, por lo que creo que un contexto cargado de historia cultural, política, social y económica como el de Panamá requeriría de una estadía más larga, específica y compleja para poder adentrarse a “descubrir” algo que posiblemente no estemos logrando observar después de 10 días en una ciudad como esta.
2. Otro de los fines de LARA es crear situaciones de convivencia entre artistas, facilitando el intercambio creativo de experiencias artísticas, culturales y de saberes, el conocimiento mutuo, la creación de redes y la amistad. ¿Cómo fue tu vivencia de esto?
Tuve la oportunidad de conocer a varios colegas con anterioridad a la experiencia en Panamá, lo que sin duda ayudó a afianzar afinidades que ya se habían establecido previamente. Lamentablemente, la convivencia durante la estadía en Panamá estaba regida por una serie de visitas que muchas veces limitaban hacer un análisis grupal reflexivo posterior a este encuentro, ya que cada proceso de introspección de lo visto toma tiempos y formas distintas. De igual forma, conocer a otros artistas fuera de sus propios contextos siempre brindará perspectivas más amplias y colabora a problematizar saberes y experiencias en común.
3. Los contrastes que se perciben en Panamá han inspirado a varios artistas, tú incluida. ¿Cómo fue en tu caso?
En mi caso, estos contrastes vinieron acompañados de una limitación técnica de producción y gestión del proyecto a distancia. Esto me llevó a sintetizar una recreación visual sobre una emoción ligada a la contención que pude percibir en lo que tuve oportunidad de ver en Panamá, como es la resistencia al clima húmedo que predomina en la ciudad y que contrasta con la implacable presencia de la naturaleza selvática que invade y alberga a otras formas de vida en todos los rincones de la urbe.
4. Dominas un oficio de pintora realista, que te ha permitido hasta hacer elementos escenográficos para el cine. ¿Cómo lo usaste en tu instalación en LARA?
Me es difícil responder a tu pregunta, ya que como bien dices, teniendo como oficio recurrente la pintura, creo que de manera consciente o inconsciente estos recursos o técnicas frecuentemente utilizadas en nuestro quehacer artístico se convierten en nuestros aliados o en todo lo contrario. En este caso, la idea inicial fue completamente distinta y tuvo que ir surgiendo y transformándose en la medida en que se iban presentando distintos retos durante el montaje en Panamá, concluyendo en un ejercicio escenográfico completamente nuevo en mi manera de concebir una propuesta visual. Por lo tanto, si bien fue un recurso que me ayudó a resolver la propuesta, creo que en este proyecto en específico me quedé con el entusiasmo de generar otras posibilidades visuales para poder hablar sobre Panamá fuera de la pintura.
5. ¿Cómo ubicas la pieza que realizaste en el contexto de tu obra en general?
Como un mutante nuevo, un rompecabezas incompleto, una exploración en proceso que roza en lo inacabado y en la condición de desintegración constante.
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